martes, 23 de julio de 2013

El Barolo


Homenaje al arquitecto italiano Mario Palanti y su obra más reconocida en Buenos Aires: el Palacio Barolo. La música es de Mariano Mores, "Luces de mi ciudad", tango-marcha con coro.



Villa Ambato




       

Es sumamente interesante observar antiguas imágenes aéreas de la ciudad y compararlas con vistas satelitales de hoy. Este ejercicio permite apreciar lo que ya no está y lo que es aun mejor, descubrir lo que aun se conserva.


             Un digno ejemplo de este ejercicio es una construcción que aparece en el relevamiento aéreo de 1940 próxima a la antigua quinta de los Remedios, hoy Parque Avellaneda. El sitio web mapa.buenosaires.gob.ar, permite comparar sucesivamente imágenes de los años 1940, 1965, 1978, 2004 y 2009. El edificio en cuestión aparece en todas ellas con absoluta claridad y una vez llegados al lugar es posible observar que aun esta allí.
            Se trata de una antigua casona señorial conocida como “Villa Ambato” que según los registros perteneció a Carlos Olivera quien proyectó y construyó la casa alrededor de 1880 a unos 500 metros del casco de la chacra que perteneciera a su padre Domingo Olivera. Se presume que el nombre de la casa fue un homenaje a la ciudad ecuatoriana donde Olivera naciera en 1798.(1)
            Está ubicada en la intersección de las avenidas Lacarra y Alberdi, detrás de los pabellones de viviendas sobre el límite Este del bario Alvear. Lo intrigante es que la casona aparece rodeada de construcciones que hacen imposible su acceso y que solo permiten vistas parciales. Lo que se observa parece suficiente para descubrir que se trata de un antiguo caserón perteneciente a alguna familia destacada de la élite porteña de antaño, aunque el eclecticismo reinante en la arquitectura de entonces podría otorgarle algún otro uso. Uno de esos edificios cuya historia se vislumbra rica en acontecimientos y vinculaciones insospechadas, de esos que permanecen en las sombras ocultos al público en general pero que son bien conocidos por especialistas en la materia como historiadores barriales, arquitectos y arqueólogos.

             El arquitecto José María Peña esboza algunos aspectos de la historia del lugar y de su propietario. Dice que el ingeniero Carlos Olivera proyectó esta casa en la década de 1880 en la vieja Chacra de los Remedios utilizando para ello una estructura compacta  abierta hacia el inmenso parque en oposición a la tipología de patios que dominaba la época”.Y continúa diciendo: “Esto está subrayado por las galerías y balcones que permiten gozar ampliamente del parque. Un vestíbulo central en la planta alta y la baja, es el espacio de distribución a los ambientes de recepción o a los dormitorios. Es poco habitual para laépoca la cantidad de baños, 2 en el primer piso, 1 en el piso alto y 1 en la planta baja. Es posible que Carlos Olivera se haya sentido interesado por las casas de estilo italiano que se construían en Estados Unidos a mediados del siglo XIX”.(2)
            Además de sus características, Peña menciona el rol de la casona en relación a su ubicación relativa con el centro de la ciudad: “si hay algo que destacar de la casa es el hecho de que no era una vivienda de verano. La Floresta no se encontraba lejos, pero tampoco tan cerca, considerando los medios de movilidad de fines del siglo pasado”.(3)
            Yendo un poco mas allá de las características sociales y arquitectónicas de la casa es interesante también analizar el valor que representa a nivel del desarrollo de los barrios y como aun se reconocen las huellas de sus orígenes y sus rasgos comunes a lo largo del tiempo. Los actuales barrios de Floresta, Parque Avellaneda y Monte Castro, como buena parte de los barrios del oeste porteño gravitaron históricamente en torno a Flores, centro administrativo, religioso y social de toda la zona.
            Apellidos como Flores, Millán, Campana, Quirno, Olivera, Segurola, Zavala, Terrero, Farías, Visillac, Naon le dieron relevancia a los futuros barrios desde que solo eran chacras con funciones estrictamente rurales hasta el afincamiento de la élite en las inmediaciones del centro de Flores con la avenida Rivadavia, antiguo camino Real, como eje principal. Durante los gobiernos de Rosas se destacaron las propiedades de los Jueces de Paz, convertidos en fuertes terratenientes gracias a la sucesiva compra de propiedades en la zona, entre ellos Vicente Zavala y Martín Farías.
            Actualmente el edificio se encuentra dentro de las instalaciones del “Instituto Nacional de Arte Manuel José de Labarden” ubicado sobre la calle  Pío Collivadino. Detrás de las rejas de su acceso aun puede verse la entrada principal de la casa con su gran escalera que también aparece en una foto familiar de 1899 junto a la hija de Carlos Olivera cuando los árboles aun permitían apreciar la casa en todo su esplendor.(4) Otra imagen interesante es la que publica un antiguo vecino de la zona en el sitio www.la floresta.com.ar, que permite ver parte de la casa en los años 50 o 60 detrás de un equipo de fútbol barrial. Actualmente la casa funcionaría como taller infantil de dibujo y artes plásticas.
            Otro tema interesante es el que se refiere a la comunicación que existiría entre el casco de la Chacra y la casa de Carlos Olivera cuya distancia es de unos 500 metros. Se habría realizado por medio de un túnel mencionado por algunos vecinos que en su infancia dicen haber visto el acceso y recorrido una parte del mismo mientras jugaban en las inmediaciones. Este dato fue recogido hace unos años por arqueólogos que relevaron el lugar con técnicas modernas de reconocimiento, cuyos resultados aun no se conocen y que apuntan a demostrar su existencia y sus características generales.(5)
            Con túnel o no, despejado u oculto, como vivienda o taller de pintura, el edificio ha sobrevivido al paso del tiempo con una suerte que no salvó a otros de su clase. Su preservación no apunta, como podrían sostener algunos, a salvaguardar el antiguo patrimonio del patriciado nacional, ni a petrificar las estructuras urbanas en contra del avance moderno. Simplemente nos parece importante motivar a la reflexión sobre que valor tienen estos edificios para los barrios y sus habitantes ya sea como huellas de su pasado, como elemento material de su historia, o como eslabón de una cadena de sucesos temporales que han llevado a la ciudad a ser como es contando así con mas herramientas para pensar como podría ser.



Arq. Alejandro Maddonni.
 

Referencias:
2-     Serie Cuadernos de Educación y Patrimonio, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, “Villa Ambato”.
3-     Serie Cuadernos de Educación y Patrimonio, Op. Cit.
4-     Serie Cuadernos de Educación y Patrimonio, Op. Cit.


jueves, 1 de noviembre de 2012

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Vistas aéreas de la Ciudad de Buenos Aires

Un recorrido por diferentes puntos de la ciudad que permite apreciar su escala urbana y observar algunos de sus edificios mas importantes. Las imágenes fueron cedidas gentilmente al Taller por Carlos María Basualdo para la realización de este video. La música rinde tributo a Gustavo Cerati aguardando su recuperación.

jueves, 26 de mayo de 2011

Proyecto ARQHIBA

La Buenos Aires de mediados del siglo XIX vuelve a la vida en una maqueta digital 3D. Un proyecto del Taller Patrimonio y Ciudad que intenta ser el emergente de toda la información histórica, arqueológica y documental conocida hasta el momento. Los avances permitirán recrear y recorrer el casco historico de la ciudad cuando aun conservaba mucho de su arquitectura colonial y previo a los grandes cambios urbanísticos operados en décadas posteriores. Aquí un pequeño adelanto.





viernes, 15 de abril de 2011

Curso de Ciudades y Arte: inician en abril y mayo de 2011.
Desarrollados por el Arquitecto Gastón Becerra Goldstein.


sábado, 29 de enero de 2011

Silos de Puerto Madero (demolidos en 1998)

Los silos harineros Bunge & Born fueron reconocidos como uno de los edificios mas representativos de la arquitectura industrial de nuestro país. Construidos en 1902 y demolidos en 1998, fueron a lo largo de su existencia mencionados por algunos de los máximos representantes de la arquitectura moderna como Walter Gropius y Le Corbusier. En los días previos a la final de la copa del mundo de 1998, fueron rápida y sorpresivamente demolidos, hecho que muy pocos habitantes de la ciudad pudieron presenciar. Una nefasta manera de reconocer su "molesto" valor patrimonial por parte de quienes debieron protegerlos. En este corto del Taller Patrimonio y Ciudad, se muestra una reconstrucción digital aproximada de los silos junto con fotografías tomadas en Julio de 1998 por un integrante del Taller y que hoy forman parte de nuestro archivo.




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